Para comenzar os dejo un artículo mío publicado en el 24 de enero de 2016 en el Suplemento Euro de Diario La Región…
Las personas nos adaptamos constantemente a los cambios inherentes a todos los procesos vitales que nos ocurren. Es decir, cambiamos constantemente, a veces reaccionando ante las circunstancias y a veces en respuesta a necesidades individuales insatisfechas. Como animal de hábitos/costumbres nos cuesta salir de nuestra zona de confort para no afrontar un cambio que muchas veces es indispensable.
Desde el prisma empresarial sucede lo mismo, las empresas/organizaciones se adaptan constantemente a un mercado cambiante. Si en el plano individual/personal el cambio empieza en uno mismo, en las organizaciones el cambio debe empezar en las personas que las conforman.
En cualquier momento temporal de la historia humana, y en todas las culturas, siempre ha existido una figura que acompaña en dichos cambios. Hoy a través del conocimiento científico conocemos mejor los procesos de cambio y las variables que le afectan. Y podemos acompañar dicho proceso de descubrimiento de una manera rigurosa y eficaz.
Nuestras creencias/valores marcan los límites de nuestro campo de juego a la hora de analizar problemas y encontrar soluciones (véase “El dilema de los nueve puntos”). Aunque en este dilema la dificultad de encontrar la solución viene determinada/programada por las leyes de la percepción es una buena metáfora de cómo nuestras creencias y valores afectan nuestra manera de ver el mundo y de encontrar las soluciones a los problemas que afrontamos.
Cuando una persona requiere ayuda de un profesional ya ha intentado con anterioridad soluciones. Estas soluciones siempre nacen del mismo marco de creencias y valores. Por lo que las diferentes soluciones propuestas, aún cambiando en intensidad y frecuencia, seguirán sin dar resultado, a esto lo denominamos soluciones de “más de lo mismo”. Si a través de una ayuda la persona consigue ver el problema desde otra perspectiva podremos conseguir resultados distintos. Esta es una labor fundamental del coach, ampliar la visión.
El Consejo General de Psicología de España define que el coaching como actividad genérica, es una disciplina que permite identificar y descubrir los obstáculos que impiden a la persona cumplir con sus objetivos, así como descubrir nuevas metas que la sitúen en un estado de crecimiento, para mejorar el desarrollo de sus competencias.
Las actividades de coaching están actualmente siendo ofertadas en el mercado por una diversidad de profesionales, entre ellos los Psicólogos. Y aunque se acentúan más las pequeñas diferencias que las grandes coincidencias las relaciones entre la psicología y el coaching (entendido como actividad genérica) son evidentes, en sus objetivos (el desarrollo), en sus procesos (cambio/aprendizaje), en el objeto de estudio (la persona), en su utilidad práctica (aplicada). Y en sus herramientas, fuentes y aportaciones comunes. Así como la importancia de los Valores y la Ética.
Aunque fue a partir de los años 90 cuando se produjo el rápido crecimiento del coaching en los Estados Unidos, no fue hasta el cambio de siglo cuando en España se observa un mayor interés y comienzan los primeros programas formativos en las escuelas privadas de formación y se conocen los primeros profesionales con dedicación a este servicio.
Desde el prisma de la Psicología, existe un punto de inflexión con la constitución de los primeros grupos de estudio sobre esta temática, que nacieron con el objetivo de promover actividades que contribuyen a que la Psicología y sus asociaciones profesionales jueguen un papel determinante en el desarrollo, formación, supervisión y regulación de esta actividad profesional. Estos primeros grupos fueron creados en Australia, la Australian Psychological Society, con el Interest Group in Coaching Psychology (IGCP) y en el Reino Unido la British Psychological Society, con el Special Group in Coaching Psychology (SGCP). En abril de 2008 se constituyo la Society Coaching Psychology para promocionar la coaching psychology (denominación asumida a nivel internacional) y dar soporte a los psicólogos-coaches alentando el desarrollo de teoría, investigación y práctica en este campo.
Siguiendo esta corriente desde organismos oficiales se han creado, en diferentes sedes, grupos de trabajo con el objetivo de poner en valor al psicólogo que ejerce como coach. A este respecto, el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia, siguiendo los pasos de otras sedes del COP en nuestro país como (Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía Occidental) ha creado en abril de 2015 un grupo de trabajo específico (Grupo de Traballo Psicoloxia e Coaching) y ha comenzado a fijar las bases para la acreditación profesional de Psicólogos Expertos en Coaching en Galicia.
En Galicia actualmente se pueden observar diferentes perfiles de profesionales que ofrecen servicios de coaching (sin incluir aquellos formadores, mentores, esotéricos, etc. ya que no se pueden considerar como tales). Debemos resaltar que los perfiles ajenos a la Psicología han predominado en Galicia, siendo el margen de mejora significativo en cuanto al desarrollo de esta actividad por parte de psicólogos profesionales.
En Galicia algunos expertos señalan que el coaching ha avanzado hacia un mercado más maduro desde una etapa anterior con un incremento significativo de profesionales que se presentaban como coaches, y con una oferta formativa (que con o sin homologación o acreditación alguna) no ofrecía las garantías necesarias.
La práctica del coaching, tras los comienzos que vinieron de la mano del coaching deportivo y/o de los altos directivos de grandes empresas, actualmente ya se ha extendido a PYMES, autónomos y organizaciones en general, y que como son la mayoría del tejido productivo gallego es lógico pensar que esta nueva actividad se haya retrasado en implantar y conocer en nuestra comunidad.
Hoy cualquier profesional del área de desarrollo de las personas sabe que el coaching ya está consolidado como servicio, especialmente en los equipos directivos, pero también para niveles técnicos y mandos. Y se ha creado un feedback favorable no solo ya en las organizaciones, sino en los medios y en la sociedad en general.
En el siglo XXI con el cambio de paradigmas que estamos viviendo, donde el cambio es un requisito indispensable para el desarrollo personal y profesional de las personas, así como el actual interés de la sociedad por las herramientas/técnicas/métodos que permiten la optimización de este, sitúa al coaching como una actividad esencial.
La demanda, por tanto, se verá incrementada y la tendencia es que se produzca un proceso de adaptación natural del mercado en el que pervivirán aquellos coaches que tengan acreditación y capacitación profesional adecuada.
Quedan retos bonitos por vivir en la profesión, con temas teórico-científicos, aplicados y profesionales por resolver, pero se ha iniciado un gran proyecto de futuro que implicará y ocupará a muchos profesionales de la Psicología en Galicia y en el mundo en los próximos años. Y donde la calidad percibida por los clientes será el mejor avance para poner en valor al PsEC (Psicólogo Experto en Coaching), que a través de su conocimiento estructurado y profundo sobre las personas y conociendo los aspectos cognitivo, emocional y conductual que guían el desarrollo de las mismas, tales como el aprendizaje, la motivación, la toma de decisiones, etc., pueden contribuir aportando un gran valor a la labor del coach, al ser áreas que afectan directamente a su aplicación.